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Justícia poética

Entre todas las notícias relacionadas con el cambio climático que nos han llegado hasta ahora, parece que no han conseguido hacernos entender algo (por no decir nada). Y es que los más perjudicados por todas sus consecuencias, seríamos los humanos.

La tierra lleva aquí millones de años y ha sobrevivido a glaciaciones, meteoritos y extinciones; y siempre se ha recuperado. El clima mundial es cíclico, y la tierra y sus especies se adaptan a ellos. Nosotros en cambio, estamos aquí de paso, adaptados a las condiciones actuales y dependientes del resto de sus habitantes. Necesitamos el oxígeno que generan las plantas, los materiales que extraemos del suelo y la carne de los animales.

Pero queremos más. Y querer más ha hecho que, día tras día, la contaminación que generamos envenene al planeta y todo lo que hay en él. Es cierto que los cambios climáticos se producen de manera natural. Pero nosotros lo hemos provocado y acelerado hasta llegar a un punto en que la temperatura media del planeta asciende de un modo sin precedentes. A algunos les parece bien vivir en un clima más cálido, pero no se dan cuenta de lo que ello supone.

Cambiarán las corrientes marinas, que marcan el ritmo y la temperatura global del planeta. Y con ellas cambiarán los ecosistemas y toda la cadena alimentaria se irá desmoronando. Las especies que no se hayan extinguido por el consumo o la afectación del plástico, lo harán porque no tendrán qué comer. Y los humanos nos preguntaremos qué es lo que hemos hecho mal.

Debemos reaccionar; si no por el planeta, por nosotros. No estamos preparados para lo que se nos viene encima. Y si no conseguimos al menos frenarlo, nos extinguiremos. Y será justícia poética. Porqué la Tierra no se merece lo que le estamos haciendo y nosotros no nos merecemos el derecho de estar en la Tierra.

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