Hay lugares, personas, situaciones que hacen que sientas que eres completamente feliz. Que hacen que sientas que no necesitas nada más en esta vida y, quién sabe si también en la siguiente.
Lugares mágicos con la maravillosa capacidad de calmar el alma, relajar los nervios, secar las lágrimas y devolver el corazón al ritmo al que palpita cuando está lleno a rebosar.
Personas excepcionales con la capacidad de devolver la sonrisa a quienes que ya la daban por perdida. De dar abrazos que recomponen cada pedacito de tu corazón y le devuelven la vida como el verde vuelve a los campos después de unos días de lluvia.
Situaciones que erizan los pelos y hacen saltar las lágrimas de emoción. Felicidad pura y contagiosa como el silencio en un estadio los últimos segundos de un partido con el marcador en empate.
Solo hay que saber verlos. Están ahí, esperando tras cada rincón, camuflados entre la gente como si fuesen normales. Pero no lo son. Simplemente hay que analizarlo todo un poco más a fondo para ver que las personas de nuestro entorno tienen capacidades excepcionales, que los lugares más insospechados están llenos de sorpresas y que las situaciones más inesperadas pueden acabar de la mejor manera.
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada