Passa al contingut principal

Entrades

S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: març, 2017

A la luz del alba

Cada día es una nueva esperanza, un nuevo mundo, una nueva oportunidad. Sin que nos demos cuenta, al levantarnos, le estamos diciendo a la vida que queremos seguir viviendo un día más pero, en cambio, nos gustaría poder cambiar nuestra rutina para ver y sentir algo nuevo, vivir una sorpresa. Aún siendo aparentemente iguales, no todos los días lo son, pues cada pequeño detalle es capaz de mostrar un atisbo de la belleza que el mundo oculta y muestra solo a los que quieren ver. El cielo, las nubes, el mar, los prados. Paisajes que evolucionan con el tiempo y hacen de algo bonito algo único, si se observa en el momento adecuado. Pequeños y agradables incentivos para seguir adelante. Esta mañana no quería salir de la cama. El sueño podía conmigo y, aunque me gusta lo que hago, no tenía fuerzas para levantarme, pero lo he hecho. Al salir de casa solo he tenido que levantar ligeramente la vista para admirar el espect...

Tarjetitas de cartón

Hay cosas de las que no nos damos cuenta hasta que nos afectan, directa y negativamente a nosotros mismos. Resulta que, en Barcelona, los títulos de transporte, ya sean de uno o más viajes, se presentan en forma de tarjeta de cartón. Aún siendo algo muy negativo para el medio ambiente, ya que son desechables, normalmente su valor no asciende a una cifra considerable y, por tanto, se le quita importancia. El problema, no obstante, aparece cuando la tarjetita de cartón llega a valores de más de cien euros. Resulta que los títulos unipersonales, de duración entre uno y tres meses, son exactamente iguales que los de un viaje, haciendo muy fácil que se estropeen o rompan, especialmente durante tan largo periodo de tiempo. Debo reconocer que todo el mundo, tanto de TMB como ATM y TRAM, fue muy amable. Pero tuve que recorrer Barcelona durante toda una mañana por culpa de un conjunto de eventos desafortunados. Resulta que la máquina en l...

LeFou

Everything has changed a lot since the raid in the castle. When, having Mrs. Potts in the hands she told me Gaston wasn't good enough for me, I instantly felt she was right. I loved a man who wasn't ment to be with me. He was so egolatristical, and I needed a man who could love me as much as I loved him. A kind tender man with a big heart who could make me feel loved. And he wasn't that man. I didn't know if I would ever find my true love, but it didn't take long for me to find out. That same day, after I switched sides in the battle and the objects became people, I discovered there was someone interested in me. Someone I hadn't noticed about before. Stanley. Our Stanley. In the middle of the celebration, I saw a beautiful man, in an amazing dress, wearing such a quantity of make up I wouldn't almost recognise him. And I realised he was taking a glance on me. That , kind of glance. I looked around to see if he was checking someone else, but there was nobo...

Frenetic

Estava al metro esperant a la meva amiga, una noia mediterrània. Cabell llarg, arrissat de color castany fosc, tal vegada tenyit una mica pèl-roig. Probablement vindria amb una bossa marró de les seves, cinta llarga amb el jersei a sobre, penjada sobre l'espatlla. Texans, una samarreta blava i unes botes. I em vaig adonar del frenetisme d'una parada de metro. Un vaivé infinit de persones, la majoria desconegudes, que es troben fruit de la casualitat. Algunes amb pressa, altres amb calma. Però totes semblant formigues mogudes per un corrent, pel mateix camí, en la mateixa direcció. És curiós com un pot estar tranquil i nerviós alhora. Tranquil perquè està sol i aïllat en el seu món interior. Estressat perquè el soroll i el murmuri de fons de l'ambient s'acaben fent molestos amb el pas del temps.

Barcelona ruge

En general, dependiendo del barrio y de las horas, Barcelona és una ciudad bastante silenciosa. Están los bares con musica y el murmullo que causan sus clientes, las discotecas, el metro, los coches. Pero en un miércoles a las diez y pico u once de la noche la ciudad, al menos la calle Josep Tarradellas, suele estar en silencio. Ayer la situación era parecida. Poca gente por la calle, silencio. Todo estaba en su sitio. Hasta que la calle enloqueció. Los gritos venían de todas partes, de todos los lados. Mirases donde mirases la gente era la misma, pero desde los balcones la gente expresaba su felicidad. Se ponían los pelos de punta solo de estar en medio. Casi daba miedo. Ayer el Barça jugaba una clasificatoria prácticamente perdida. Debía remontar un 4-0. Aún así, a sus fieles seguidores aún les quedaba esperanza. Esperanza que probablemente sí perdieron al marcar el PSG ya que, con un resultado de 3-1 y a falta de...