Al cabo de unos minutos entró un hombre en la habitación. Su rostro me resultaba familiar pero no le reconocía. Me saludó con la mano y una ligera sonrisa. - ¿Cómo te encuentras? - Creo que bien, pero estoy un poco desorientada. ¿Te conozco? Tu cara me resulta familiar, pero no sé quién eres. *** Su sonrisa se desvaneció para dejar paso a un ceño medio fruncido y cara de profunda preocupación. - ¿Debería? Pregunté inquieta. - Yo... El sonido de alguien picando a la puerta le interrumpió. Miré primero hacia la puerta y luego a él. El chico parecía triste. Miraba al suelo medio distraído y se cogía el brazo izquierda con la mano derecho por encima del codo como protengiéndose de una idea que no estaba preparado para aceptar. Se me contagió la preocupación. - Pase, dije. Era un doctor. - ¡Hola Eva! Me alegro de que estés despierta. Soy el doctor Gómez. ¿Cómo te encuentras? - Me duele la cabeza y estoy un poco mareada, pero estoy bien, creo. - Es normal, recibiste un buen golpe. Tienes ...
Let the music cheer your life, but never let the silence make you feel alone.