Somos seres sociales. Muy sociales. Estamos acostumbrados a tratar con muchas personas todos los días y eso, aunque no nos lo parezca, hace que dependamos de ellas. Ya sea el cartero, la chica del quiosco, el señor del peaje o la secretaria de la entrada, estos simples personajes secundarios ya entran en escena solo con sus gestos, expresiones, sonrisas, comentarios. Una sonrisa de buenos días, o un simple "¿Cómo se encuentra esta mañana?" cambiados por un rostro triste o una simple cabezada pueden modificar el inicio, y con este, el transcurso del día. Y no solo eso. Solo hay que imaginar, si esos pequeños gestos de relativos desconocidos determinan nuestro estado de ánimo, cómo pueden hacerlo aquellos que verdaderamente afectan a nuestras vidas, véase amigos y familiares. Dependemos de ellos de la misma forma que ellos dependen de nosotros, es decir, casi completamente. Y con esto no quiero decir que si ellos se sienten mal nosotros nos sintamos mal, o a la inver...
Let the music cheer your life, but never let the silence make you feel alone.