Era una mañana de enero, aunque el frío no era especialmente insoportable. Andaba por la calle con las manos en los bolsillos de la chaqueta, abrochada hasta cuello y llevaba una tupida bufanda de lana para que el aire no atravesase la barrera de ropa y llegase a rozar mi piel. Reinaba un ambiente fantasmal. La niebla cubría todo lo que me rodeaba y sólo me permitía ver a un par de metros por delante de mí. Siempre me ha gustado la niebla, hace que todo sea diferente y le da intriga a un mundo en el que cada día parece igual que el anterior. Pero mi mente ya no estaba en este mundo. Perdida entre pensamientos, me imaginaba todo lo que podía aparecer al otro lado de la bruma. Me encanta ver los edicios altos sobrepasar las nubes. Parecen castillos encantados de la época moderna. ¿Y si todo fuese como en los cuentos de hadas? Por otro lado, la bruma hace que no veas lo que te rodea. Todo aquello que vemos día tras día se convi...
Let the music cheer your life, but never let the silence make you feel alone.